
En un contundente operativo denominado Plan Ayacucho, unidades del Grupo de Acción Unificada por la Libertad Personal (Gaula), en coordinación con personal del Ejército Nacional y la Fuerza Aérea Colombiana, lograron la captura de cinco individuos presuntamente vinculados a la subestructura Ismael Ruiz del grupo de las disidencias de las FARC en el sur del Tolima. Entre los capturados se encuentra Olimpo Cárdenas Narváez, presidente de Juntas de Acción Comunal (JAC) y candidato al Concejo de Planadas, militante del partido Conservador.
Candidato al Concejo y Presidente de JAC entre los Capturados
Uno de los capturados, Olimpo Cárdenas, aspiraba al Concejo de uno de los municipios del sur del Tolima. Además, otro de los detenidos era el presidente de una Junta de Acción Comunal de una vereda del municipio de Ataco. Se presume que estas dos personas serían los encargados de informar a los milicianos, quienes tenían actividades económicas rentables en la región y así aumentar los dineros exigidos en las extorsiones.
El operativo se desarrolló en la zona rural de los municipios de Planadas y Ataco, en el departamento de Tolima. Además de Olimpo Cárdenas, fueron capturados David Tapiero Alape, alias Alape, Jhon Taborda Cuervo, alias Jairo, Wilder Bustamante Parra, alias Wilder, y Laureano Rozo Tique, alias Tique. Estos individuos son presuntamente integrantes de la subestructura Ismael Ruiz, bajo el mando de alias Guajiro.
La investigación que culminó con estas capturas tuvo una duración de seis meses y contó con la labor de infiltrados de la Policía. El grupo delincuencial había generado un clima de terror en la región, llevando a cabo actividades delictivas como homicidios, desplazamientos forzados y extorsiones en los municipios de Planadas, Ataco y Rioblanco.
Estrategias de Extorsión y Desplazamientos
Los miembros de la subestructura Ismael Ruiz utilizaban diversas estrategias para llevar a cabo sus actividades criminales. Entre ellas se destacaba la extorsión a finqueros, comerciantes, transportadores y líderes políticos, exigiéndoles altas sumas de dinero para permitirles realizar sus actividades laborales sin amenazas ni intimidaciones. Asimismo, se citaba a comerciantes a reuniones presenciales en zonas rurales para ejercer presión y generar un clima de miedo en la comunidad.
El éxito de este operativo refleja la labor interinstitucional y la colaboración entre diferentes fuerzas de seguridad en la lucha contra el crimen organizado en el departamento de Tolima. Las capturas y la desarticulación de esta subestructura representan un avance importante en la restitución de la seguridad y la tranquilidad de la comunidad en la región sur del Tolima.