
Cada época trae su angustia y sus responsables. Pero cuando esa angustia se repite como metodología, termina convertida en tortura. Es lo que nos está pasando a muchos colombianos que nos acogimos a la modernización, dejamos de hacer cola para pagar en los bancos los servicios públicos o las obligaciones que los gobiernos fueron creando y le entregamos todos esos procedimientos al internet.
Aprendimos que el recibo de cobro de los servicios públicos llega a nuestros computadores o celulares y, por allí mismo procedemos a pagar. Pero como resulta que para que tal diligencia moderna sea eficaz se requiere que las empresas cobradoras tengan una página web de acceso, la que por razones obvias debe atraer a los clientes, no asustarlos, sino dejarlos satisfechos y convencidos. Lo curioso es que esas páginas están en manos de desconocidos programadores, habilitados no para lograr el cometido de la rapidez, seguridad y eficiencia sino educados o contagiados en la manía de torturarnos, generando cambios en la rutina de entrada a pagar , a veces mensualmente como en Asopagos, donde se paga la Pila, o estruendosamente, como nos pasó a los clientes de Celsia ,la empresa de energía en Valle y Tolima la semana pasada, cuando de tanto congestionar a lo rococó la página con señaladores, personajes, colorinches y nuevas opciones de escogencia de las rutas para precipitar el pago, les apareció un bandido, les descubrió la fragilidad y los hackeó robándoles la cuenta de internet ,lo que obligó a informarnos a los clientes que volvemos al método antiguo de hacer cola en ventanillas de bancos y giros hasta que no restituyan un canal internético seguro y confiable. En otros servicios como en Claro, se ha vuelto una tortura pagar por online la factura ,que llega facilita y permanente al celular.
La disculpa es que el internet vive congestionado. Y en los peajes se forman las colas que antes no hubo porque la factura electrónica a que obliga la Dian, no llega al instante por internet, sino un poquito después.
Audio: https://youtu.be/DAkolbfGBrI
Gustavo Álvarez Gardeazábal. El Porce, noviembre 18 del 2024