Mientras en la ciudad de Ibagué se adelantaba la audiencia de legalización de captura de Gabriel Enrique González, padre y autor del asesinato del menor, su madre se sumía en la tristeza más profunda al recibir el cuerpo de su pequeño, a quien vio por última vez el pasado fin de semana, feliz por ir a celebrar el día del amor y la amistad.
Consuelo Rodríguez, madre de Gabriel Esteban, no soportó el dolor que consumía su alma y rompió en llanto y gritos de dolor, con la llegada del carro fúnebre a la iglesia Montes de Galilea, en el barrio El Bosque, cerca al lugar donde residía la familia. La mujer trató de correr hacia el coche, pero la familia intervino y trató de calmarla antes de ver la imagen de su pequeño dentro del féretro.
La mujer, visiblemente afectada no pronunció palabra alguna, aunque en otras oportunidades se mostró tranquila y entregó declaraciones a cerca del hecho. Sin embargo, Milena Rodríguez, tía del menor y hermana de Consuelo, hizo énfasis en que Gabriel Enrique, padre del niño no estaba loco y pidió a la justicia Colombiana caer con todo el peso de la Ley sobre el asesino.
El cuerpo del menor llegó Este jueves al barrio El Bosque, centenares de personas asistieron a dar condolencias a la familia, a orar por el pequeño y a clamar justicia. Al templo, llegaron familiares, vecinos y amigos del pequeño, así como niños y jóvenes que estudian en el mismo colegio donde asistía Esteban.
Padre se declaró culpable
Mientras el dolor se reflejaba en los rostros de la familia en Bogotá, en Ibagué un juez de control de garantías impuso medida de aseguramiento a Gabriel Enrique González Cubillos, luego de que el hombre aceptara haber asfixiado al menor de edad, la madrugada del lunes 3 de octubre sobre las 3:45 de la madrugada.
El procesado, de manera libre y voluntaria, aceptó el cargo imputado.
Sin embargo, la Fiscalía ya tiene todo el seguimiento por cámaras de seguridad y otras evidencias de los hechos, la cronología desde el pasado sábado 1 de octubre, cuando Gabriel González Cubillos, salió de la vivienda en el barrio Sierra Morena, en la localidad de Usme, en el sur de Bogotá, hasta cuando salió del hotel, dejando el menor sin vida.
Desde Dontamalio.com consultamos expertos en Derecho Penal, quienes señalaron que por el material probatorio, la confesión, sumado a los los agravantes del parentesco, ser un delito cometido en persona menor de 14 años, y además de estar en estado de vulnerabilidad e indefensión, esta persona podría llegar a ser condenado a una pena privativa de la libertad entre los 40 o 50 años.
