
Una señal desde los árboles
Fue un hallazgo inquietante. Cuatro monos muertos aparecieron en diferentes veredas de Chaparral, un hecho que, por sí solo, ya generaba preocupación. Sin embargo, lo que realmente encendió las alarmas fue el resultado del laboratorio: el primer primate hallado en la vereda Copete de Licias dio positivo para fiebre amarilla.
Los otros cuerpos, encontrados en Violetas, Totumo y Muli Q Jardín, aún están en análisis, pero las autoridades de salud del municipio temen lo peor. “Muy probablemente los otros monos también van a salir positivos”, afirmó Jorge Isaías Aldana, secretario de Desarrollo Social y de Salud encargado de Chaparral. Y es que los signos ya son evidentes: el virus está circulando.
Una enfermedad letal, más que el COVID-19
La preocupación de las autoridades va más allá de los monos. Lo que sucede con ellos es apenas el anuncio de lo que podría replicarse en humanos si no se actúa con urgencia. “La letalidad de esta enfermedad es muy alta”, recalcó Aldana. Mientras el COVID-19 mataba a una persona por cada diez contagiadas, la fiebre amarilla puede cobrar la vida de entre cinco y seis personas en la misma proporción.
El secretario recordó un caso reciente en el municipio de Cunday, donde toda una familia accedió a la vacuna, excepto un joven de 18 años que decidió no inmunizarse. “Todos presentaron fiebre amarilla. El único que murió fue el joven que no se vacunó”, narró. Para Aldana, esto resume la importancia de una decisión aparentemente simple: ponerse la vacuna o no.
Semana Santa con retenes sanitarios
La amenaza del virus se agrava con la proximidad de la Semana Mayor, periodo en el que Chaparral espera una gran afluencia de visitantes por razones religiosas o familiares. Por eso, el Comité de Gestión del Riesgo realizó su segunda reunión de contingencia y definió medidas urgentes entre el 12 y el 20 de abril.
La principal estrategia será la instalación de cuatro retenes sanitarios en puntos clave del municipio:
- En el aeropuerto, como retén principal.
- En la vía hacia el sector de Las Señoritas.
- En la carretera que conduce a San Bartolomé y Ataco.
- En el barrio Beltrán.
Cada puesto contará con un equipo multidisciplinario conformado por miembros de la Policía Nacional, Ejército, Defensa Civil, bomberos y guardias de los cabildos indígenas. La misión será doble: detener vehículos para brindar pedagogía sobre la fiebre amarilla y verificar el estado de vacunación de los viajeros mediante la plataforma nacional PaiWet.
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Vacunación, decisión personal pero vital
Las autoridades no obligarán a nadie a vacunarse. “Cada quien es libre si decide vacunarse o no”, señaló Aldana. No obstante, la invitación es clara: ser responsables con la propia vida y la de los demás. Por eso, si se detecta que una persona no tiene la vacuna, un equipo se encargará de tomar sus datos e invitarla a vacunarse en los puntos establecidos.
Además, se están desplegando brigadas de vacunación hacia la zona rural dispersa, especialmente en veredas priorizadas, donde se sospecha que el virus podría expandirse con mayor facilidad.
Trabajo conjunto e institucional
El esfuerzo es colectivo. El secretario enfatizó que la lucha contra esta enfermedad no puede recaer solo en el personal de salud. Por eso, se articula la participación de instituciones como la Policía, el Ejército, la Defensa Civil, los bomberos, el hospital San Juan Bautista y las EPS del municipio.
Chaparral ya cuenta con puntos de vacunación permanentes en el hospital, el parque principal y la plaza de mercado. La meta es clara: contener la propagación antes de que el virus cause estragos en la población humana, tal como ya lo hizo en los árboles de la región.






