En las instalaciones de Medicina legal permanecer cuerpo de Santiago Andrés Murillo, el joven que fue asesinado el pasado sábado en la noche es medio de los disturbios que se registraron en la calle 60 con carrera quinta.
Hasta allí llegó la familia del joven de 19 años, para llevar a cabo todos los procedimientos y poder realizar las honras fúnebres del Santiago. El joven será velado en las instalaciones de la Funeraria La Verde Esperanza y el día de mañana será llevado al cementerio San Bonifacio de Ibagué.
Los papás Milena Meneses y Miguel Murillo, guardarán en su memoria a Santiago como el niño amable, extrovertido y carismático que un día les dio la alegría de ser padres. Nació y vivió toda su vida en el conjunto Millenium, ubicado en la parte posterior del centro comercial Multicentro.
Sus vecinos lo llamaban cariñosamente “Pirri”, pues desde pequeño le gustaba saltar por cuanto muro y escalera encontraba. Nunca tuvieron inconvenientes con él, era un joven decente y sin ningún tipo de problemática que pudiera llevarlo a tener algún tipo de acercamiento con actos delincuenciales o vandálicos.
Santiago era hijo único, y dejó un enorme vacío en los corazones de sus familiares y sus seres queridos, que aún no salen de su asombro pues el joven se encontraba en el momento y lugar equivocado, obligatoriamente debía pasar por ese sector para ir rumbo a su residencia.
Venía de casa de su novia, lugar donde su padre lo llevó junto a la señorita hacia las 5 de la tarde de ese sábado. Santiago se fue en bicicleta y su novia, al lado de su suegro en el taxi propiedad de la familia Murillo Meneses.
Santiago se olvidó del tiempo, intentó llamar a su papá para que lo recogiera, pero este tenía el teléfono apagado. Decidió ir caminando hasta su casa, dejando la bicicleta en la casa de su novia, ubicada en el barrio Santa Helena.
Desafortunadamente, a dos cuadras de llegar a su casa, en plena calle 60 con carrera quinta, frente a las instalaciones de Invías, el joven fue alcanzado por un disparo de bala en el pecho. En un video que se dio a conocer en las últimas horas de personas que habitan en el sector, y graban los actos de orden público que se registraban justo en ese momento en la Panamericana, se puede observar que justo después de escucharse varios disparos, y oír a los manifestantes que grataban ‘hay un herido’, la calle queda relativamente vacía y es ahí cuando en la escena se ve dos uniformados de la Policía Metropolitana, el joven cae producto de una disparo propinado por uno de los uniformados, quién desde el otro lado de la calle observa a los desesperados jóvenes que llegaron al auxilio de Santiago Murillo. El Policía no reacciona, mueve los brazos pero no ayuda al herido, después se van dejando sin ayuda al lesionado y a las otras personas que tratan de socorrerlo.
Desconsolados por la pérdida de su hijo, Milena y Miguel, les piden a los protestantes terminar con la violencia que le quitó la vida a su hijo, que nada tenía que ver con las manifestaciones.
Como es habitual en Colombia, tras una tragedia siempre llegan los delincuentes. Padres, familiares y allegados a la víctima, denuncian que hay personas pidiendo dinero a nombre de los dolientes, para supuestamente sufragar los gastos del sepelio de Santiago; situación que los padres desmintieron, expresando gratitud por quienes de buen corazón intentaron ayudar, pero aclaran que no deben entregar su dinero a nadie pues ellos no están pidiendo dinero para tal fin.
