ColumnistasJohn Jairo Ocampo

Balances y realidades

Completamos tres meses de aislamiento, que comenzó muy severo, pero que se ha ido relajando por el afán de reabrir cada semana más sectores, en medio de la indisciplina social, los mensajes contradictorios de los mandatarios y la falta de autoridad.

Mientras el mundo habla de una ‘nueva’ normalidad y va con mucha pausa, en nuestro país predominan las situaciones caóticas, las calles llenas y la gente siempre queriendo hacer la trampa a la norma.

Lo malo de todo esto es que la relajación del aislamiento va de la mano con un aumento de casos de contagios y fallecidos.

En medio de estas incertidumbres se observa, con mucha preocupación, una disparidad entre balances y realidades que enfrentan muchas personas y empresas que no han visto los alivios o ayudas para superar la crisis.

He tenido la oportunidad de hablar prácticamente con todos los dirigentes gremiales; Acopi, Cotelco, Fenalco, Asobares, Anato y gremios de transporte escolar e intermunicipal. Lo dicho por ellos dista mucho de los balances que presentan el Gobierno y los propios bancos.

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De acuerdo con la posición de los sectores más golpeados, los bancos están cerrando las puertas y no han sido los más solidarios en esta crisis. Tampoco han logrado acceder a subsidios como el de nómina o pago de la prima que ha lanzado el Gobierno Nacional.

En las conversaciones que he sostenido con ellos, no dudan en afirmar que la respuesta del sistema financiero a las solicitudes de préstamos con o sin garantía no se compadece con la realidad que vive el país.

Para los bancos, son sectores de mucho riesgo, son los más golpeados y es imposible acceder a recursos. La situación ha sido muy crítica para miles de empresas que han tenido que cerrar, despedir trabajadores o suspender los contratos.

Sin embargo, según el último informe de Asobancaria, de los $ 15,7 billones dispuestos por el Gobierno para garantías, se ha reservado y desembolsado, a corte del 29 de mayo, $ 10,38 billones, es decir, el 66 % de los recursos. Se destaca que de la línea de capital de trabajo se ha empleado el 88,22 %; nómina, el 63,92 %; independientes, el 73,91 %, y microfinanzas, 1,32 % de los recursos.

Pero estas cifras contrastan con lo que se escucha desde los gremios y empresarios. La inmensa mayoría advierte que les están cerrando las puertas del crédito.

En síntesis, lo que podría uno concluir es que estamos acostumbrados a quejarnos demasiado o los bancos se están quedando en apoyar a sus clientes cinco estrellas, dejando solos a los que más necesitan y reflejando una falta de solidaridad en el momento que viven las empresas.

También son muchas las quejas ante la imposibilidad de acceder a otros programas como el de subsidio a la nómina. La facturación ha sido cero entre marzo y junio. Por lo tanto, es imposible completar el salario o el valor de la prima cuando se trata de un apoyo tan reducido. Por ejemplo, en el caso de un hotel que no ha podido abrir sus puertas y el banco no le presta, le resulta imposible completar el 60 % del valor de la nómina.

Es un panorama muy complejo que dista mucho de los balances que se presentan. Por ejemplo, deja mucho que pensar el reporte del Ministerio de Hacienda en el primer pago de subsidio a la nómina, equivalente al 40 % del salario mínimo ($ 351.000) en mayo. La meta del Gobierno era beneficiar a 5 millones de trabajadores con un gasto de $ 2 billones por mes.

Sin embargo, las cifras oficiales muestran un resultado inferior. Se beneficiaron 2,5 millones de trabajadores y se destinaron algo más de 850.000 millones de pesos para cubrir el subsidio de mayo. El balance es muy débil y de nuevo contrasta con las realidades.

Según la última encuesta de Acopi, al 65 % de las pymes consultadas no les aprobaron o no les contestaron la solicitud del subsidio a la nómina. Esto demuestra que una cosa es lo que se piensa y otra lo que reflejan los hechos concretos.

Mientras se dan esos contrastes entre balances y realidades, lo cierto es que en Colombia las cifras de desempleo son más que alarmantes y la recesión parece cada vez más profunda. ¡Amanecerá y veremos!

J. J. Ocampo
Periodista especializado en economía

No hay fórmulas mágicas

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