
Según versiones de varios feligreses, el padre salió el sábado en la mañana a realizar su caminata diaria por el Parque del Carmen, allí fue víctima de los amigos de lo ajeno.
Bajo los efectos de una sustancia alucinógena fue obligado a entregar varios elementos de valor que se encontraban en la casa cural, el celular de la curia, un computador, dinero en efectivo y otros elementos. Afortunadamente, los pillos no ingresaron al templo.
Al momento de realizar el rosario en la iglesia, los fieles no recibieron respuesta por parte del sacerdote, llamaron a la puerta durante algunos minutos y al no recibir respuesta, temiendo lo peor por el sacerdote de 53 años, buscaron a la secretaria de la Parroquia quien lo encontró inconsciente al Padre Gildardo.
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El sacerdote fue trasladado de manera inmediata al hospital San José de San Sebastián de Mariquita. Sin embargo, la gravedad de las afectaciones ocasionadas por la escopolamina en su cuerpo obligó a los galenos a trasladarlo a la Clínica Medicadiz de Ibagué.
El religioso fue sometido a varios exámenes y procedimientos, actualmente se recupera de manera satisfactoria de las afectaciones ocasionadas en su salud por la sustancia química.
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