La colaboración más la tecnología son claves para la reactivación de la economía del país
Vaya momento el que nos ha tocado vivir en este 2020. Por fortuna, hemos contado con dos aliados estratégicos para enfrentar esta coyuntura.
Se trata de la suma entre tecnología y economía colaborativa, conceptos que no son ajenos a nuestra cotidianidad y que básicamente se tratan de “compartir” bienes y servicios, pero que en términos legales hace referencia a toda actividad económica a través de la cual se comparten y/o intercambian bienes o servicios mediante plataformas digitales que ponen en contacto directo al cliente y al proveedor.
Sin embargo, aunque estemos familiarizados con estos conceptos, siguen siendo una “novedad” para los gobiernos aún cuando hace casi 10 años la Revista Time en el 2011, consideró a la Economía Colaborativa una de las 10 ideas que iban a cambiar el mundo. Y en efecto lo ha cambiado, porque las startups pusieron en jaque a los negocios tradicionales, como por ejemplo recordemos a Airbnb que a través de una plataforma tecnológica permitiendo el proceso de alquiler de inmuebles por periodos cortos, puso nerviosa a la industria hotelera.
Y es que a esas grandes industrias inmóviles que seguían con modelos de negocios tradicionales les llegó la transformación digital para reactivarlas, a su vez que llegaron al mercado nuevos competidores para que se pusieran pilas con las necesidades y experiencias del usuario.
Luego de hacer este breve recuento, volvamos a hablar del porqué este modelo de negocio, la suma entre economía colaborativa y tecnología se convierte en una alternativa para el contexto actual de un mundo permeado por el COVID 19. Pues es muy sencillo, hoy han aparecido soluciones como Cornershop y Mercabot para afianzar el modelo colaborativo enfocados a comerciantes pequeños donde todas las partes obtienen beneficios. Es decir, que gana el tendero con la venta de sus productos, gana el shopper o agente gestionando la afiliación y/o los pedidos y gana el cliente final porque ya no tendrá que salir de casa a exponerse o que simplemente gracias a esta herramienta reduce los puntos de contacto.
Pero algunos se preguntarán ¿porqué crear una solución colaborativa para los negocios de abastecimientos cuando estos siempre han estado abiertos? Pues bien, se trata de la primicia de la democratización de la transformación digital, porque puede que el día de mañana encontremos la cura contra el COVID, pero no es negociable que los pequeños y medianos comercios tengan que cerrar con el tiempo porque simplemente su cliente ahora consume de una forma diferente. Además, según Bitácora de Fenalco, 65% de los comerciantes manifestaron que en junio tuvieron una disminución en sus ventas con relación al mismo mes del año pasado y ni hablar de abril y mayo, donde el 80% y 82% de los comerciantes reportaron caídas en las ventas. Por lo tanto, es falso afirmar que a todos los centros de abastecimiento les ha ido bien durante la cuarentena.
Claro está que en el caso particular de Colombia existe una frecuente discusión alrededor de la regulación de la economía colaborativa, sobretodo en algunos negocios, pero estos casos no deberían afectar la funcionalidad de las nuevas soluciones que le apuntan a la transformación digital de las pequeñas y medianas empresas. Y por supuesto, que economía colaborativa no es la solución a todos los problemas, pero es una opción perfecta porque construye un engranaje donde todas las partes funcionan y a su vez generan ganancias.