Camilo Ernesto OssaColumnistas

Política pública de generación de oportunidades para los jóvenes de Colombia

Siempre he sido muy insistente en señalar que el mecanismo primigenio para alcanzar los fines esenciales del Estado, es a través de la formulación y la posterior ejecución de políticas públicas, por esa razón, el objetivo de los jóvenes que participan en el Paro Nacional y se han movilizado en busca de oportunidades, es lograr que las necesidades que viven en el territorio se eleven a una política pública nacional de generación de oportunidades y; cuando hablo de oportunidades, hago referencia a dos aspectos esenciales: educación y trabajo.

El problema es bien profundo y estructural en relación con los reclamos de los jóvenes del país, por un lado, arrastra décadas de abandono estatal, donde poco se han logrado satisfacer las necesidades de esta población, sobre todo en relación a esos dos aspectos esenciales ya referenciados –educación y trabajo- y, que de ahí, se desprende el desarrollo en sociedad de una persona y el aporte al desarrollo económico y social, primero del territorio y, después, del país.

Este grupo poblacional, que es uno de los más golpeados por la falta de acceso a la educación en términos de equidad y falta de oportunidades laborales reales con posibilidades de movilidad social, es fundamental para impactar positivamente el destino de nosotros como nación. Solo por citar un ejemplo, reiterativo por demás, para ver la problemática que existe en relación a este grupo poblacional; en Ibagué, el desempleo juvenil presenta una tasa, según el DANE, del 32,3%, una cifra bastante alta y que, en parte, explica el reclamo, pero sobre todo, las manifestaciones pacíficas de los jóvenes. La conquista, insuficiente eso si, de la matricula 0 para estratos 1, 2 y 3 de las universidades públicas, debe visualizar un puerto de llegada que permita materializar y efectivizar sus válidas e históricas demandas, frente a lo cual, el gobierno nacional debe responder.

El puerto de llegada, a mi modo de ver, debe ser una política pública que sea sostenible, realizable y materializable en el tiempo, tanto a corto, como mediano y largo plazo, que permita concretar el justo reclamo de la población, tanto en educación como en trabajo. Primero, la gratuidad educativa debe ser a largo plazo y cobijar los estudiantes de estratos 1, 2 y 3 de universidades públicas, no sirve que sea solamente para el segundo semestre del año 2021. Segundo, la generación de fuentes de empleo focalizadas en las demandas laborales de la actualidad. Tercero, una necesaria conexión entre el sector educativo y la realidad del país, es decir, debemos esforzarnos en lograr que la oferta académica y la preferencia de los estudiantes, esté enfocada, como ya lo señalé, en las demandas profesionales del mercado laboral, según este siglo y la realidad de nuestro país.   

Es necesario que la esencia de la academia se ponga en sintonía con la realidad económica y social de Colombia y, claro está, del mundo entero. Que sea esta la oportunidad para una colaboración tripartita real entre el Estado, la academia y el sector empresarial que permita avanzar hacia una meta clara: reducir las inequidades de la población en general, pero con urgencia de la joven de Colombia, pongámosle una trampa a la pobreza y aportemos al desarrollo del país. ¡Hay que salir de la burbuja y conectarse con la realidad del país!.

Camilo Ernesto Ossa B.

@camiloossa10

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