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¿Nos dejaron soñando?

Columna de opinión por: Mauricio Vargas

Los que tenemos el inconmensurable orgullo de haber nacido en la Villa de San Bonifacio del Valle de las Lanzas Ibagué y los que aún sin tener ese privilegio se sienten hijos de esta comarca, nos hacemos la misma pregunta desde la última administración del siempre recordado Pacho Peñalosa: ¿otra vez nos dejaron soñando?

Desde la época de Don Pacho, no vemos obras que motiven al Ibaguereño a querer mostrar su ciudad, hemos asistido a las urnas con la fe absoluta en elegir a un mandatario que nos ubique en sitiales de privilegio en materia de desarrollo, pero sólo hemos encontrado obras que nos llenan de atraso y desprestigio.

Afirmar esto no es una exageración; desde 1992 cuando Francisco José Peñalosa Castro fue elegido entre los mejores Alcaldes de Colombia, sólo hemos tenido como “grandes obras” dos puentes hechos al revés, un panóptico convertido en elefante blanco, un estadio inconcluso, un acueducto interminable y los escenarios deportivos que nos posicionaron en el primer lugar de la vergüenza nacional.

Todos estos “Megaproyectos” tienen algo en común: se han dilapidado millonarios recursos, o como dice el axioma “esa platica se perdió”. Eso sí, durante todos estos 25 años hemos visto llegar el progreso a nuestros mucho más jóvenes vecinos con viaductos, estadios, cables aéreos, aeropuertos, acueductos, escenarios deportivos y avenidas para citar apenas algunas ‘obritas’ que hoy ponen a Armenia, Pereira y Manizales muy por encima de la ciudad de Pachito, al que condenaron por darle televisión internacional gratis al pueblo.

Claro, nosotros no somos los culpables por elegir mal, la verdad es que ellos nos han puesto a soñar con sus promesas y sus planes de gobierno tan bien elaborados. Los sucesores del creador de TV Pacho, nos ilusionaron y para colmo, los grandes caciques nos los impusieron y los vendieron como los salvadores.

¿Qué culpa tiene el pueblo ibaguereño de ser tan confiado y creer en tantas bonitas promesas? ninguna.

Pero para no seguir lamentándome, quiero decirles que no voy a dejar de soñar, amo tanto a mi ciudad y no se ha menoscabado mi orgullo por ella, porque sigo soñando, quiero ver a Ibagué con grandes avenidas que mejoren su movilidad, unos tres cables aéreos, un sistema masivo de transporte, los mejores escenarios deportivos, acueducto principal y alterno que suministre agua hasta para vender a los pueblos vecinos, etc. etc.

También sueño con el día que elijamos a un ibaguereño que nos merezca la gratitud eterna y destrone de nuestros recuerdos al seis veces Alcalde y exgobernador.

Hoy, recuerdo un programa de televisión que llevaba por nombre: Vale la pena soñar.

POSDATA: pese a todo este mar de llanto, sigo siendo exageradamente Ibaguereño, nacido en el barrio Ricaurte, como la canción del maestro Arnulfo Moreno, “Nací en el sur”.

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